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lunes, 1 de octubre de 2007

Gorrión

Martes 28 de agosto, entró Gorrión. Esperó horas frente a mi casa, mas ese día estaban todas las puertas cerradas. Gracias a una ley de la SEC, logró colarse por la escotilla de ventilación de la cocina. Una vez dentro, voló hasta mí, llevándome una noticia que me llenó de miedo. Mi experiencia no era positiva ante la visita de Gorrión, la última vez perdí la memoria. Pensé todo el día en mi mamá, para no olvidarla como a la yaya. Tirano Baldo, a su manera, trató de protegerme del mensajero, para que su ala no rozara mi rostro contagiándome de su magia negra. Finalmente me apiadé de Gorrión, me armé de valor y fui en su búsqueda. Con suavidad lo cogí entre mis manos. Me sorprendió la velocidad con que latía su corazón, fue entonces que me di cuenta que él también tenía miedo. Quizás, para él, también era una maldición ser portador de mensajes. Le abrí la puerta y lo solté, a lo que esperaba, fuera su libertad. Pero la inquietud quedó en mí por el resto del día. No quería dormir para no despertar sin memoria. Inevitablemente, el sueño finalmente llegó. A las 4:27 AM sonó el teléfono. Desperté.

PD: los puntos aparte fueron intencionalmente omitidos.

2 Comments:

Blogger Juanjo said...

Dolorosamente precioso.

02-10-07, 3:03 p. m.

 
Blogger Soledad Castro said...

Gracias

02-10-07, 4:52 p. m.

 

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